No quiero, solo quiero...

No quiero ser ese tipo de persona que fracasa, que se esfuerza al máximo por lo que quiere y no lo consigue. No quiero ser esa persona que está llorando hasta las cuatro de la mañana. No quiero ser ese tipo de persona, que acaba triste y perdido. No quiero que un día, deje de verle el polo positivo a las cosas. No quiero ser esa persona que en las fiestas está parado y no sigue el compás de la música. No quiero sentirme como si estuviera en una pequeña habitación con cincuenta mil persona en silencio y cuando yo grite nadie me oiga. Tampoco quiero ser ese tipo de persona que siempre consigue lo que quiere, que tiene un fondo un poco frío y que no siente, solo quiere caprichos y a penas se esfuerza por lo que se encapricha. No quiero acostarme temprano para madrugar por la simple razón de que es algo que se debería hacer. No quiero convertirme en la persona que entra en una fiesta se anima al máximo y cuando sale se le cambia la cara de momento a un estado un tanto amargado. No quiero ser la persona que esté en lo más alto en una gran ciudad y que todos los ciudadanos me miren atentamente. Simplemente quiero reír cuando me apetezca, vivir sin darle explicaciones de lo que hago o dejo de hacer a los demás. Quiero escuchar todo tipos de música dependiendo del momento en que me encuentre. Quiero hacer algo con ganas y que al terminar, aunque quiera más, para así, apreciar las cosas. Quiero hablar y que solo me mire las personas a las que les importe de verdad. No quiero ni falsos amigos ni perfectos enemigos. Quiero que vuelvas a mis brazos, quiero que vengas, que me digas que me quieres y se conjunte con un beso, un beso que diga, que jamás te volveré a dejar escapar, ¿ sabes por qué ? Porque te quiero.